En el MUSEU DEL CINEMA de Girona
6 DE JULIO DE 2016 A 29 DE ENERO DE 2017
Exposición BAJO EL AGUA
100 años de la primera película submarina
Desde el origen de los tiempos, el mundo submarino ha sido motivo de gran atracción. La adaptación del hombre bajo el agua sería el primer paso para descubrirlo. Pero no fue hasta la invención de la fotografía en el siglo XIX, a partir del desarrollo de cámaras que capturaban imágenes en movimiento (protegidas por cajas estancas preparadas para soportar el agua, el salitre y las variaciones de presión), que se mostraría el fascinante y misterioso mundo sumergido. En 1916 se estrenaba la primera película comercial que incorporaba unas imágenes submarinas. Fueron realizadas por John Ernest Williamson para el filme 20.000 leguas de viaje submarino, a partir de la obra de Julio Verne. Las dramáticas imágenes de la lucha entre un monstruo marino y un pescador de perlas estremecieron al mundo. Se iniciaba así el camino hacia futuras producciones de la gran industria cinematográfica documental y de ficción. Cien años más tarde, a partir de una idea original del Dr. Andrés Clarós y del material de su colección privada de cámaras submarinas, conmemoramos este primer film y los pioneros que han hecho la gran labor de divulgación del mundo bajo el agua.
Cuando el mundo submarino era un gran desconocido, era suficiente con el rodaje de escenas debajo el agua para emocionar al público. Pero a medida que las imágenes submarinas y la práctica de la inmersión se fueron popularizando, la industria del cine comercial tuvo que invertir grandes presupuestos en efectos especiales para seguir fascinando al espectador. Se hicieron adaptaciones de novelas y se elaboraron nuevos guiones sobre arriesgadas aventuras en el gran azul, con luchas de monstruos de agua salada o dulce, o bien llegados del espacio. Aunque también el amor y la humanización de los animales marinos han tenido cabida en este cine de ficción.
La industria cinematográfica siempre ha utilizado sofisticadas y costosas cámaras submarinas profesionales. Pero de forma paralela ha existido un mercado de fotografía y cine y vídeo amateurs. Inicialmente los pioneros aficionados se construían de forma artesanal las cajas estancas. Posteriormente, algunos pequeños talleres empezaron a fabricar series reducidas para ponerlas a la venta. Con la masificación de la práctica de la inmersión, se ha desarrollado un mercado con un gran número de marcas y modelos accesibles a casi todos.
Volver a página principal de colaboración en publicaciones y exposiciones