Clark Gable

CLARK GABLE (1901 - 1960)

Con el título "yo he sido un actor afortunado", Clark Gable, escribió, en el año 1960, un artículo sobre su vida artística, lo publicó la revista Cine Mundo, en su número 451, del 26 de noviembre de 1960 por el gran interés y enorme significado que tomo después de su muerte. 

 
Durante el rodaje de "Capri", en Italia, alguien me recordó que esta película hacia la número ochenta por mi interpretadas. Esto le inspiró a mi interlocutor a preguntarme: "¿Cómo puede un actor hacerse popular? y "¿Cómo puede mantenerse en el estrellato? La respuesta a la primera pregunta es fácil: Simplemente, que guste al público. En esto debo confesar que yo he sido afortunado y estoy muy contento de ello. Un actor, antes de imponerse, tiene que ser visto, por lo menos, en un mínimo de diez películas antes de que se considere consolidado. Esto queda probado con el tremendo éxito obtenido, por ejemplo, con Sofia Loren, mi agradable colaboradora en "Capri". Fue su undécima película y es ahora más popular que nunca.
La segunda respuesta es más complicada. Para que un actor guste al público tiene que ser, en primer lugar, afortunado, trabajar muy duro, aceptar consejos y, sobretodo, relacionarse con gente que le ayude de buena fe. En esto yo he tenido siempre mucha suerte con mis colaboradores. Tengo usualmente el criterio hasta donde puedo llegar sin riesgo de caer en el ridículo, como otros lo han hecho. No obstante, en dos ocasiones he sentido el temor de caer en él. La primera fue cuando me ofrecieron intervenir en el rodaje de "Lo que el viento se llevó", en el papel de Red Butler; a mí no me gustó el personaje. Comprendí entonces que tenía que enfrentarme en contra de un montón de prejuicios, y confieso que acepté el papel con muchas dudas. Entonces hice "La tragedia de la Bounty", representando a uno de los intérpretes de la novela: Fletcher Christian, "Mutiny on the Bounty", como es sabido, había sido un buque de la Armada Real británica. Su tribulación, en la película, estaba compuesta, en su mayor parte, por actores ingleses, y allí estaba yo, con acento yanqui, en medio del océano, enfrentándome con una pronunciación para mi desconocida. Sin embargo, como no podía evitarlo, tuve que defenderme sin ayuda de nadie.
Durante doce años actué en los escenarios. Solamente apariciones como extra en películas mudas. Por cierto que una vez tuve que representar el papel de un periodista y en una de las escenas tenía que llamar por teléfono. Recuerdo que el director me dió un consejo sobre esto: "Cómo usted sabe -me dijo-, para un periodista el teléfono es algo así cómo un instrumento de trabajo. Lo maneja, por tanto, de forma muy diferente a las demás personas. No lo olvide."
Años después, trabajando con Claudette Colbert en "Sucedió una noche", hice otra vez de periodista, y el consejo de aquel director lo tuve muy en cuenta. El resultado fue que hice una creación del personaje y fui muy felicitado.
De las personas que más me ayudaron a lo largo de mi carrera tengo que nombrar a Lionel Barrymore. Fue el hombre que más me ayudó en todos los aspectos. El fue quien me alentó para que hiciera una prueba en la pantalla. Yo me consideraba poco seguro de que esto pudiera ser un éxito, pero Barrymore exclamó: "Usted triunfará en el cine hablado y se convertirá en una de sus primeras figuras." Y así fue, en efecto, al correr de los años.
Hice, pues, en vista de ello la prueba de "Bird of Paradise", de Irving Thalberg, con Leslie Howard. Después hice otras cosas, y, en vista del éxito, que yo no esperaba, decidí consagrarme al cine por entero.
A partir de entonces tuve que actuar con figuras de la categoría de Norma Shearer, Jean Harlow y Joan Crawford, entonces favoritas de aquellos públicos. Fue una época para mi afortunada, donde llegué incluso a interpretar papeles de hombre maduro, apareciendo en la pantalla el doble de viejo de lo que en realidad era. Sin embargo, ningún director de aquella época se preocupó nunca de aquella diferencia de edad, pese a que tenía que maquillarme exageradamente a base de reflejos grises o pardos en el pelo para alcanzar en la ficción una madurez prematura, gracias a la cual, por cierto gané una gran popularidad entre las jovencitas de una época feliz, que siempre recordaré con verdadera satisfacción y agrado, porque en ella adquirí mi verdadera experiencia como actor consagrado. Después, todo fue fácil. El éxito, la fama y el dinero. Las puertas se abrieron y los ofrecimientos para interpretar nuevas películas se sucedieron unos tras otros. Tuve que rechazar muchas ofertas, algunas muy interesantes, por exigencias de mi compromiso con la Metro-Goldwyn-Mayer, que me ofreció un ventajoso contrato para trabajar con ellos en exclusiva durante algunos años. Lo acepté porque creí que aquello me aseguraba la posibilidad de un trabajo continuado en un ambiente nuevo que me atraía. Hice muchas y muy buenas películas junto a figuras que me comprendían y me ayudaban. A todos les debo algo de lo que en realidad soy: un actor con mucho que aprender aún, pero que no se desanima. Por eso, cuando alguien me pregunta por mis preferencias en el cine, respondo siempre que por nada cambiaría mi actual profesión. Sólo en los años de guerra, en que por exigencias de mi incorporación al servicio activo en las fuerzas aéreas de mi país, tuve que abandonar mi trabajo, falté a mis compromisos artísticos. Sin embargo, tuve suerte, y al poco tiempo fui reclamado por Hollywood para reanudar mi interrumpido trabajo. La guerra fue una etapa dolorosa en mi vida, que siempre recordaré con amargura. En ella perdieron la vida algunos camaradas.

Nunca me gustó la técnica del cine y creo que nunca pasaré al campo de la dirección. Mi interés se centra siempre, a lo largo de toda mi carrera, en el arte de la interpretación. Nunca opino con nadie, y menos con profesionales, sobre esta cuestión, que me causa inquietud, y procuro mantenerme al margen en cualquier discusión que se plantee con otros actores. Si yo tuve cuánto me propuse en mi carrera fue porque seguí siempre el camino recto y vocacional. Por eso no deseo ver mi vida en la pantalla.

 

Top