Exposición Merci, Jules...
3 exposiciones en 3 museos
Julio, Agosto y Septiembre 2005
Desde el mismo nacimiento del cine, Verne fue un autor fetiche para los cineastas, los cuales, seducidos por su imaginación todopoderosa, lo convirtieron en el escritor más adaptado al celuloide. Ya en el año 1901, Ferdinand Zecca llevaba Les enfants du Capitaine Grant a la gran pantalla. En un gran porcentaje de los casos, directores y guionistas tomaron las obras de Verne y se inspiraron en ellas libremente. Este fue el caso del fecundo George Méliès, el cual hizo su imaginativa Le Voyage dans la Lune (1902) con préstamos de Verne y de H.G. Wells. Esta tendencia, sin duda inevitable, ha perdurado hasta nuestros días, sobretodo en adaptaciones animadas y mini series televisivas. Sin duda, uno de los filmes más fieles al espíritu de Verne continua siendo 20,000 Leagues Under the Sea, de Richard Fleischer (1954). Aunque hoy los efectos especiales y la narrativa cinematográfica hayan hecho pasos de gigante, Fleischer supo dotar a su relato de una atmósfera muy similar a la que Verne nos legó a través de la letra escrita.
Jules Verne escribió la mayoría de sus obras antes del invento del cinematógrafo. Era la segunda mitad del siglo XIX, una época en que el espectáculo de la linterna mágica, considerado el “cine antes del cine", estaba en su momento más álgido. A menudo, en estos espectáculos, gente de todo tipo y condición podía contemplar imágenes de lugares lejanos, de animales exóticos, de culturas desconocidas, de nuevos descubrimientos científicos, de extraños fenómenos naturales, de viajes a lugares imposibles, en definitiva, podía ver un mundo desconocido hasta el momento, pero que el público pedía conocer. Verne hace que todo este mundo sea el protagonista de sus novelas.
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PDF cartel y díptico de la exposición